martes, 21 de enero de 2014

Vuelta de Navidades... y York

Después de un par de cortas semanas de vacaciones de Navidad en Barcelona (sí, como el turrón), de comilonas que jamás había disfrutado tanto (boquerones, sopa de galets, caracoles... ¡COMIDA DE VERDAD!), tocó volver a Sunny Preston (nótese la ironía). Además, fueron unas Navidades doblemente especiales porque Arlémi vino a Barcelona un par de días con amigos y su familia, así que Blanca y yo pudimos enseñarle algún que otro de nuestros rincones favoritos de la ciudad y, cómo no, llevarlo a tomar un rico chocolate con churros a la calle Petritxol (¿hay algo más navideño en Barcelona que eso?).

<3
Tuve que volver antes de Reyes (tristeza infinita) para entregar un trabajo e ir a clase, pero no por ello dejé de celebrar mi día favorito de las navidades con la genial compañía que tengo aquí :) Por la tarde, cuando todos ya estaban libres de clases, vimos Love Actually (clásico) y, para merendar, tomamos chocolate calentito y un delicioso Roscón de Reyes hecho por la mami de Irene. No se me ocurre mejor manera de pasarun día así en Preston.
En mi vida había probado Roscón tan rico.Oj.
Árbol de Navidad al Erasmus Style
Estas semanas de enero, sin embargo, están siendo algo aburridas. Puesto que hicimos casi todo el trabajo fuerte antes y para Navidades, ahora que se acaba el semestre no queda mucho que hacer. Las llaman "semanas de transición". Yo las llamo "semanas para tocar las narices y luego estresaros con un montón de trabajos en pocos días". En fin. Lo bueno, sin embargo, es que como no tenemos deberes ni trabajos que entregar, podemos permitirnos hacer esos viajecitos que queríamos hacer antes de Navidad pero no pudimos, por falta de tiempo. El primero fue York, el 11 de enero, al que fuimos Blanca, Júlia y yo: Flatmates trip. Tuvimos una suerte tremenda, porque hizo un espectacular día soleado. 

La prueba, por si no me creéis
(En caso de que sigáis sin creerme)
York es precioso, de veras. Si encuentro la oportunidad de volver antes de que acabe el curso, sin duda alguna lo haré. Me recordó bastante a Chester, por el estilo medieval de algunas callejuelas como The Shambles, que, por cierto, también me hicieron sentir como si estuviera paseándome por el Callejón Diagón del mágico mundo de Harry Potter. Las casas de madera, torcidas, dan un aire entre terrorífico y romántico al lugar.



Por esas mismas calles del centro, llenas de encanto, encuentras todo tipo de tiendas curiosas. Desde comercios especializados en "Los amantes de los gatos" hasta otros tipo delicatessen donde venden aceite de oliva a precio estelar (y, para colmo, te recomiendan añadirlo en sopas y estofados pero no para aliños...). Algo que me gustó muchísimo también era la gran cantidad de Tea Rooms  que hay por el centro. Está claro que muchas están ahí por el imán turístico que supone el centro de una ciudad tan bonita y llena de tiendas, pero a pesar de que algunas eran bastante caras (entre ellas la famosa Betty's Café Tea Rooms), también encontrabas lugares adorables a precios más asequibles (o, al menos, más asequibles para nosotras, ¡estudiantes!).




Encontramos una tienda de gorritos en rebajas... No pude evitar comprarme un gorrito-panda, con el que estuve haciendo el tonto todo el día! (Foto de Blanca, ¡próximamente en su blog!)
York, sin embargo, tiene muchísimo más que ofrecer. Por ella, tal como leímos en los folletos turísticos en el punto de información turístico (a cinco minutos de la estación de tren), han pasado romanos, sajones y hasta vikingos. Por ello, gran parte de las atracciones turísticas de la ciudad están relacionadas con su historia, como el Jorvik Viking Centre, el cual muestra cómo era York en el período vikingo de la ciudad. A pesar de que había muchos otros tours turísticos (relacionados con crímenes, con su época medieval... algunos incluso gratuitos, tal como había visto por internet), nosotras preferimos ir a nuestro ritmo y visitarlo todo por nuestra cuenta. Por ello empezamos con la gran muralla,  de orígenes romanos, si no recuerdo mal, y desde la cual se pueden ver adorables casitas con puertas de colorines (qué queréis que os diga, no pude evitar recordarme de Notting Hill).

Foto de Blanca, ¡próximamente en su blog! :)




A parte de la muralla, también vimos algunos bonitos parques de York, uno de los cuales estaba al lado del río (desbordado, esta vez), una bonita pequeña iglesia (de las mil y una que había) y la catedral, aunque sólo por fuera, ya que la entrada costaba alrededor de nueve libras.


 


¡Creo que esta es mi foto preferida del viaje!
Otros lugares que vimos pero a los cuales no entramos fueron el National Rail Museum (cuya entrada teóricamente es gratuita, pero parecía bastante cerrado) y la Clifford Tower, cuya entrada costaba unas 5 libras. A pesar de ello, podías subir por las empinadas escaleras que comunican la torre con el resto de la plana ciudad y obtener unas bonitas vistas de York.

El museo nacional de ferrocarriles
La torre Clifford
Por la tarde, cuando el sol ya empezaba a ponerse (a eso de las cuatro), vimos las ruinas de Saint Mary's Abbey, rodeadas de unos bonitos y verdes jardines que correspondían al museo de Yorkshire. Ojalá no hubiera hecho tanto frío (que el sol no os engañe, estábamos muertas de frío, ¡sobre todo ahora que la "cálida" luz diurna se nos iba!), porque el césped tan verde, las cientos de ardillas que correteaban por los jardines y las preciosas ruinas a los colores delcrepúsculo creaban un ambiente casi perfectamente bucólico para hacer un bonito picnic de fin de semana.



El día ya se acababa, se hacía de noche rápidamente y las temperaturas bajaban... Sólo nos quedaba algo por hacer. ¡Tomar un delicioso té con una riquísima tarta en alguna de las Tea Rooms que habíamos visto a lo largo de nuestra visita! Después de curiosear algunos, nos decidimos por un adorable local que vendía ositos de peluche en la planta baja y servía delicias en las plantas superiores: The Teddy Bear Shop / Tea Rooms. Tomamos tés, tartas, batidos... ¿Hay manera mejor de acabar el día?


ÑÑAAAAAAAAAAAAM! (Foto de Blanca, próximamente en su blog!)
A ritmo de Antònia Font, me despido. En cuanto pase las fotos, publicaré otra entrada sobre el Peak District, donde hemos pasado este último fin de semana. ¡Era todo tan verdeeeeeeee!

PD: ¡Recordad que si clickáis sobre las fotos las podréis ver más grandes!